Ya sabemos que eres un fucker, un auténtico killer en lo que a seducción se refiere. Todo el mundo sabe que eres, al ligue, lo que Zidane al fútbol. Aún así, puedes aceptar consejos. Y para eso estamos nosotros. Porque seguro que te has preguntado mil veces si funcionaría esa táctica para entrar a las chicas que tantas y tantas veces has visto en la Gran Pantalla. Nosotros las hemos probado, y queremos darte nuestras conclusiones.
Estando con tus amigos tomando unas copas (muchas copas) observáis a los lejos a un par de hembras de excelente anatomía que entran al garito. Tomaros un par de minutos para aseguraros de que están solas. Solas de verdad, en serio, no os conviene buscaros un problema yendo ya tan cocidos. Mientras tanto, fijaos bien en ellas, por si acaso les gustan más los huevos en tortilla que con salchichas, ya me entiendes. Si después de mirarlas un tiempo prudencial aún os gustan, y si no os han denunciado ya por acoso, estáis preparados para empezar una compleja danza de cortejo para la que vais a necesitar muy poco, pero funciona notablemente bien. Notablemente porque, aunque no es infalible, hasta ahora nunca nos hemos llevado una bofetada de regalo utilizándola.
Sólo necesitáis un par de cigarrillos, y un mechero. No hace falta que fuméis, pero sí tener un poco de morro. Tú, que vas lo bastante borracho como para atreverte a cualquier cosa, pero no lo bastante como para salir ardiendo cuando se encienda el mechero, te debes acompañar de uno de tus amigos. No es imprescindible, pero te hará sentir más seguro sabiendo que él, que va tan pedo que si tose delante de las chicas les va a teñir el pelo de otro color, está mucho más ridículo que tú.
Acercaros a ellas con naturalidad, aunque no estén en la mesa más cercana. Es uno de esos movimientos totalmente carentes de disimulo que deben hacerse, en ocasiones, para que las cervatillas entiendan perfectamente a que vamos, antes de que abramos esa torpe boca que tenemos. Cuando lleguéis, os colocáis los cigarrillos en la boca, con el mechero convenientemente escondido en una mano cerrada, o en el bolsillo. Debéis pedirles fuego.
Si no tienen mechero, tú rápidamente sacas el tuyo . Que funcione, no seas cutre. ¡Pero no te lo enciendas tú, cacho bobo! Se lo das a una de ellas (a la más fea, no vaya a ser que te pongas tan nervioso que te cagues encima), y le pides fuego otra vez, cómo si acabarais de llegar a su mesa. Ellas se van a reír. Ahora bien, debes intentar traducir su risa. Si te hace sentir pequeñito, ridículo, o una de ellas te mira con cara de asesina: vete. En serio, no pasa nada, seguro que son lesbianas. Pero si se ríen con una amplia sonrisa, se miran entre ellas, se tapan la boca, o se ponen rojas, pídeles su número, su tuenti, su twitter, su facebook, su messenger, su fotolog, su teléfono, su dirección, su grupo sanguíneo y la raza de su perro. Invítalas a acompañaros, siendo educado (ya volveremos a este punto en otra entrada) pero no gilipollas, y seguramente consigas empezar una conversación. Ya tienes la mitad hecha.
Si tienen mechero necesitarás ser un poco más rápido, más avispado. Cuando vayan a sacar el mechero, muy descarado, para no hacer un estrepitoso ridículo, les dices que no fumas, pero que te ha parecido una buena estrategia para hablar con ella. O también puedes fumártelo, meterte el rabo entre las piernas, e irte a dormir; borracho, con los pulmones llenos de mierda, y un poco más fracasado que ayer. En cualquier caso: no menciones al Buitre Beodo bajo ninguna circunstancia. Al fin y al cabo, no pierdes nada por intentarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario