La naturaleza es una mierda. Darwin lo sabía, tú lo sabes y la Comisión Especial del Buitre Beodo lo sabe. El objetivo de todo ser vivo es el de poner sus huevos dentro de un ente del sexo opuesto, del mismo sexo, pero siempre, a ser posible, de la misma especie. Y queremos ayudarte. Porque sabemos que los que no resultan más aptos y los que no aportarían nada a las futuras generaciones también tienen derecho a mojar. Porque sabemos que tu intención no es perpetuarte, sino batir estadísticas. Porque el complicado proceso de la evolución darwiniana se ha transformado en un juego, y no uno cualquiera, sino el más cruel y doloroso al que se pueda jugar. Nosotros queremos entender ese juego, y comunicarte nuestras conclusiones.
El Buitre Beodo, se encarga, desde hace años, de velar por la capacidad de perpetuación de sus miembros, así como de su habilidad para detectar situaciones de peligro, de retirada y de ataque. En otras palabras, somos un grupo de gatitos organizados buscando parecer tigres en la peligrosa sabana de la seducción. Nuestro objetivo, muy rastrero, es buscar a ese cervatillo herido que pide ser cazado, pero a la hora de hacerlo, opone resistencia. Y vaya si se opone.
El cervatillo, una vez captada tu atención mediante extraños sortilegios, con miraditas, bailes exóticos y depravaciones varias, tratará de zafarse de ti mostrando su poder y dominio, su agilidad para escaparse de los tigres. El cervatillo herido ha resultado ser mucho más peliagudo de cazar de lo que pensabas. En parte porque se camufla, en parte porque tus sentidos están más que trastornados por los efectos etílicos, que irán en aumento a lo largo de la noche. Lo principal, es no ponerse nervioso, no ponerse cachondo, no hablar de tu equipo pokémon ni de cuántas veces ha ganado el Madrid la Liga. Pero las técnicas hay que pulirlas, y lo sabes. Lo sabes porque no ligas. Sí, es duro de aceptar, lo sabemos. Bienvenido a la naturaleza, y a nuestro blog.
Acompáñanos en la búsqueda de leones y leonas con piel de corderitos. Acompáñanos a través de la flora y la fauna de las noches de fiesta. Y sobre todo no desesperes. La caza del cervatillo herido no es cosa de uno, y no es cosa de un día. La evolución tampoco.
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