miércoles, 8 de mayo de 2013

Aves de paso

Dice Sabina que hay mujeres que son aves de paso. Algo así como que solo están de pasada, y que después seguirán su camino, como aves migratorias. Vamos a ampliar esta idea:

Migratorias de paso: Estas son aves de paso típicas. Pasan solo una vez. Las conoces de fiesta y cae a tiros. A las bravas. Estas son como las cigüeñas, cuando una sobrevuela por el local, todo el mundo se da cuenta, así que lo mejor es sacar la escopeta larga y abatirla rápido. Si es fea ya te darás cuenta por la mañana, de resaca. Que no hay mujer fea si no copa de menos, como decía un amigo mío.

Migratorias regulares: Estas van y vienen como el Guadiana. Tienen épocas, van a ratos. Aquí cabe desde una ex-novia del pueblo que acabas poniendo a veinte uñas en el pajar cada vez que vas a ver a tus tíos de Albacete, como esa chica con la que tienes casi apalabrado el pinchito de las fiestas de septiembre. Las dos nos valen. Se cazan con red, ya sabes por donde te van a salir, así que sabes bien donde esperarlas.

Migratorias estacionarias: Son estas mujeres que parece que vienen para quedarse, pero los dos sabéis que solo durará una estación. En ningún caso debe durar más de 3 meses o eso no puede salir bien de ninguna forma. Son la clase de mujer que acabas agotando y al final ambos os aburrís. Probáis  cosas nuevas y un día se ofende cuando intentas llenarle la boca del líquido del que están rellenos los extintores y se larga (sabes bien a que me refiero). O te intenta meter un dedo por el culo y le dejas hasta la ropa que aun lleva puesta en la puerta de tu casa para no volver a verla jamas. Estás se cazan con trampa: solo tienes que decir que estáis hechos el uno para el otro.

Halcón peregrino: en peligro de extinción. Son mujeres rapaces, ellas te cazarán a ti y no al revés. Vas a ver muy pocas en tu vida así que arrímate bien y que tengas mucha suerte. Lo más probable es que acabes con la ropa raída o desgarrada. Pero te va a gustar y a ella también.

Cernícalo zorruño: parece un halcón, vuela como un halcón, y suena como un halcón. Pero no lo es. Si te fijas bien tiene algunas diferencias. No te caza, si no que se deja cazar fácilmente. Por ti y por otros muchos esa misma noche. No hay problema, es la chica indicada para un apretón sucio y degradante para ambos. Pero que no pase de eso!

Os invitamos como siempre a completar esta clasificación a través de nuestro twitter: @BuitreBeodo

martes, 16 de abril de 2013

YA HA LLEGADO EL BARCO

La historia de la analogía del barco es casi tan antigua como la propia navegación fluvial. Desde el Buitre Beodo no recordamos, ni queremos recordar; de dónde viene esta antigua metáfora.

Todo hombre (heterosexual) se habrá dado cuenta, en mayor o menos medida, que encuentra más chicas apretables en temporadas de calor que en temporadas de frío.

Las explicaciones a tan extraño suceso son numerosas y dispares. "Es que la primavera, la sangre altera". Y tú eres tonto macho, o al menos ciego. "Es que se ponen morenitas y..." y tú eres ciego o estúpido, porque las chicas lechosas también te gustan. "Es que se acerca el verano y suben las ganas de desmadrar", pues también te equivocas. "Es la ropa! Llevan menos, y así es más difícil resistirse" esa idea ya me ha gustado más. Pero, de verdad estamos tan ciegos en invierno que no reconocemos a las calientes si van con un puto jersey?

Desde el Buitre Beodo siempre hemos querido pensar que sabemos reconocer a las cachondas también en invierno. Por eso hemos tenido siempre nuestra propia teoría: el primer día de frío, con el primer soplo de aire que te hiela los huesos, viene un barco y se las lleva a todas. Se las lleva lejos, donde no puedes verlas y no aparecen más por clase, ni el trabajo, ni el parque.

Y debe ser la única explicación a que, de pronto, de la noche a la mañana, esa chica insulsa de la biblio coja un "no se qué" y un "qué se yo" que "yo que sé". A que salgan de cualquier recodo un par de tetas de quitarte el hipo en cuanto te subes al bus. A que a todas las chicas del tren les crezcan unas piernas talla modelo de lencería. A que te des una vuelta por tu ciudad y vuelvas a casa con el nabo más duro que el cerrojo de un penal. Debe ser la única explicación para que a todas les queden tan bien, de pronto, los pantaloncitos cortos, las minifaldas, los leggins y los vestiditos de verano.

Tiene que ser eso! O también puede ser que todos tengáis razón, y sea una mezcla de hormonas, color caramelo y enseñar un 50% más de carne magra. Tampoco voy a ponerme yo a discutir de vuestras tesis, que ya viene el bus y no puedo estar atento a dos cosas a la vez. Eh eh, esa está muy rica!!

jueves, 4 de abril de 2013

Chicos malos


No queremos caer en topicazos, porque nunca lo hacemos. Y más cuando ya os hemos dicho alguna vez que nosotros no pertenecemos a la liga de los tipos duros ni tampoco queremos hacerlo.

Lo que hoy queremos hablar es de fobias y filias sexuales. Ya sabéis, esa especie de fantasías obsesivas (filias) y miedos irracionales (fobias) que todo el mundo tiene en su vida sexual. Y es que en este mundillo todo vale, y cada uno tiene sus propias preferencias.

Las fobias son de cada uno o una. Y hay que respetarlas, te parezcan a ti más o menos razonables. Porque igual te sientes ofendidísimo porque esa chorba no te deja darle con todo lo gordo por detrás, pero igual a ella le apetece mearte encima después de follar; y como que no. Con las fobias no se puede dar mucho consejo. Quizás puedas llegar a algún tipo de acuerdo con tu novia, pero no te recomendamos que lo intentes con una chica de una noche.

Las filias en cambio, son tan divertidas y fructíferas que te convendría conocer las de todas tus chicas en tu lista de frungibles. Porque si a ella le gustan los tíos con barba, tú te presentas a la cita como Robinson Crusoe. Si a ella le gustan los intelectuales, tú con gafas en vez de lentillas.

Pero no todo va a ser atajos para pillar. Cuando ya estás en la línea de gol (cuando ya sabes que vas a anotar) puede que ella te proponga algún juego, sucio y lascivo. Y excepto que se cuente entre tus fobias, tú debes aceptarlo sin dudar, porque te aseguro que luego te lo van a recompensar con creces. Y lo mejor es ponerte un ejemplo:

Esto le pasó a uno de nuestros colaboradores hará algo más de año y pico. Madrid, un jueves de puente, sale por la zona de Moncloa para apoyar a un amigo con una frungible. Esta chica se trae a una amiga, que, además de estar razonablemente follable, viene cachondísima y con intenciones muy claras. Las cosas se ponen interesantes, pero esperan hasta el día siguiente para anotar.

Viernes noche, en el Madrid universitario. Los dos saben a lo que van así que no tardan en ponerse al lío. Al poco rato los dos salen del tugurio con nombre de científico renacentista para tener mayor intimidad y, ya con cierta privacidad, ella empieza su película:

"Dime que es un rollo de una sola noche" dice ella. Nuestro amigo encantado: le ha tocado la lotería. Solo quiere mandanga, ni llamaditas cariñosas ni conciertos de Pablo Alborán. Esta solo quiere polla. La cosa se calienta, y se empieza a poner raro. Ya con el asunto entre (sus) manos, dice ella: "pídeme lo que quieras". Nuestro amigo, en plena incredulidad inocente, no sabe que decir, pero ella lo soluciona rápido: "pídeme que me la coma".

Él obedece (qué habrías hecho tú?), pero a ella no le parece bien. "Así no, como un chico malo. Como con desprecio". Ahí es nada! Nuestro amigo, que para ciertas cosas es más blandito que el día del padre, lo hace lo mejor que puede. Y luego ella traspasa la línea de lo humanamente razonable y suelta, así, en frío (o semi frío, ya me entiendes): "Haz que me ahogue, aunque te parezca que no quiero". Lo que sobrepasó los límites de nuestro amigo, claramente asustado.

Así que allí estaba nuestro amigo, en mitad de ninguna parte; con su mango en la garganta de una paleta que trataba de limpiarse el esternón con ella. Qué iba a hacer si no!

sábado, 23 de marzo de 2013

Donde metas la olla...

Dice el refranero español, que es extenso y sabio; que donde metas la olla no metas la polla. Significa exactamente lo que parece: que pienses un poquito antes de meterla en cualquier agujero.

Y esta vez no me refiero a que pruebes por el culo. No hombre no, ahora no estoy hablando literalmente. Ya hablaremos de eso. Lo que vengo a decirte es que tengas un poco de vista a la hora de escoger a la hembra con la que te apareas. Porque hay algunas que parecen gatitas o cervatillos heridos, fáciles de domar y que no te provocarán después dolores de cabeza como si de una borrachera se tratase; y luego hay otras que son mantis religiosas, auténticas hijas de puta que después te van a causar muchos problemas, que quieren degollarte después del pinchito. Y nosotros no somos diferentes, así que apuntad vosotras también esta recomendación.

Y no hablo solamente de putearte después de una relación, que eso se está convirtiendo casi en una tradición mundialmente conocida. Lo que ahora se lleva es, precisamente, andar jodiendo después de joder: un día echáis un casquete como dos desconocidos y al día siguiente te acosan mandándote más mensajes que tu madre un martes de fiesta a las 4 de la mañana.

El problema de esto es que no hay normas en la vida sexual. Y no me refiero a cómo te gusta darle lo propio a tu novia o follamiga, que yo ahí no me meto (mientras que no tengas rollos raros con los pies, ahí si me meto, ¡enfermo!). Os hablo de normas de conducta y educación post-polvo y pre-polvo. Sabéis a que me refiero: Por qué hay que llevar a cenar a una chica a la que solo quieres frungirte?! Por eso os dejo por aquí un decálogo que espero que vayamos completando con vuestras aportaciones, seáis chicas o chicos. Lo importante de este decálogo es usarlo.

1. Chicas de café y chicas de cerveza: Si quieres algo serio con una chica, llevarla a tomar un café y os conocéis. Si solo quieres darle con todo lo gordo; llévatela a tomar cervezas, para emborracharla. Ella también sabe lo que significa invitarla a unas cervezas.

2. Donde metas la olla no metas la polla: ¡no tengas relaciones con compañeras de clase o del curro! Si la cosa sale mal, solo conseguirás un ambiente de malfolladismo. No te digo que no relajes la tensión sexual de la oficina, pero nada de continuismo.

3. Aquí paz y después gloria. Si tú solo quieres darle mandanga a la prima de tu amiga, no vayas luego con mensajitos cariñosos. Y así ella no hará lo mismo (a ti o al siguiente que se frunja la muchacha).

4. A Alcalá, putas, que llega San Lucas. No te entretengas con patochadas, si quieres beneficiarte a una chica de tu clase, no des rodeos. Ataca en la primera salida que hagáis juntos: si salís a tomar unas copas, queda con ella un par de horas antes con ella y la "invitas a unas cervezas". O quedaros "a tomar la última" cuando todos se vayan. Si no quiere tu mango ahora, no lo querrá el finde que viene.

5.Nunca digas de este agua no beberé, o este cura no es mi padre (o esta polla no me cabe). Nunca sabes que chorba se te va a poner a huevo, así que, por si acaso, es mejor que seas amable con todas. No pasa nada porque un día hables con la fea, cabrón. Pero mejor centrate en las apretables.

6. O follamos todos o la puta al río: en caso de que dos amigos quieras tema con una misma apretable, tiene derecho a intentarlo primero el que más tiempo lleve sin anotar. De toda la vida.

Si se os ocurre alguna norma de conducta más, de esas imprescindibles; podéis dejar un comentario en el blog o en nuestro Twitter: @BuitreBeodo

jueves, 14 de marzo de 2013

Ni con la polla de otro


Un grupo de amigos no es lo mismo que un grupo de colegas. No es lo mismo la chupipandi de tu escuela y esos amigos con los que you want to live forever. Y tampoco nos convienen que lo sea, y por varias razones. Vamos al lío:

(Os hago un break para contaros que tengo delante a una seriamente apretable. Aquí! En esta escuela!)

Primero, porque a una amiga no te la follas. Lo repito, así que atento: a una amiga NO te la follas, no te la aprietas, no le das mandanga, no le das lo suyo ni lo de su prima. Así que no te conviene que todas las chicas que conoces te consideren su amigo, so idiota. O no saldrás nunca de la Friend Zone. Qué si un hombre no puede tener amigas? Pues se han dado casos, o eso dice Iker Jimenez. Pero céntrate!
Segundo, tú no te entretienes en buscarle zorreo a un colega. A un amigo en cambio, le buscas zorrita, se la emborrachas, le das un gancho para entrar a la susodicha (o susodicho chicas, que hoy hablo para un público unisex), le das una gomita y hasta le metes en la cama si va tan mamao' que no la encuentra. Puedes incluso pagarle las copas si lleva mucho tiempo sin mojar el churro!

A un colega en cambio, le puedes, como mucho, utilizar para colgarle un muerto. Y no me refiero a meterle un cadáver en el maletero del coche; si no de librarte de algún orco mal nacido que te persiga por esos tugurios que frecuentas, costras, que eres un costras. Si viene el orco ese que lleva un rato incomodándote con sus ojos vidriosos, o la amiga fea del orco (os juro que a veces el orco no es la amiga más fea del grupo. Salid, salid por Madrid y lo comprobáis), pues tú se la colocas tranquilamente a ese coleguita que baila ya con la corbata en la cabeza y que le ha entrado invitando a cervezas al perchero de la entrada. Y no le dices que es tan fea que, siendo coja, la llaman la fea. No le dices que es tan fea que tú no te la follarías ni con la polla de otro. Tú te callas, y si le caza como el águila culebrera (atacando a la cabeza de la culebra y agarrándole de los huevos), pues os echáis unas risas de puta madre a su salud.

Tercero, un amigo entra por tu casa como su fuera la suya. Vamos, que llama a la puerta porque no tiene llaves, pero como se encuentre la puerta abierta entra directo hasta la cocina, te quita dos cervezas, abre las pipas y se tumba en tu sofá. Se han dado casos de amigos que se prestan su casa para el casquete polar! (Esos días que hace tanto frío que no le metes mano a la cachonda esa con la que te están liando por no sacar las manos de los bolsillos) Así que cuidadito, porque un colega no vendrá a molestarte cuando estés en casa en un momento íntimo (ya sea con una chorba, o haciéndote el amor a ti mismo, o follandote sin freno; o como quieras llamarlo vamos).

Con que tienes que quedarte de todo esto? Pues que no puedes confundir a un amigo con un colega; pero sobretodo, no puedes confundir a una amiga con una coleguita. Porque a una amiga la respetas, pero a la caliente esa, que está frungible y lo sabe, que quiere un nardo más que un tonto dos pilas, pues no. A una amiga nunca le harías un Tower Bridge (ya os contaré lo que es, pero os prometo que resulta muy degradante) y en cambio a una coleguita... Ella verá si se deja. Pero en serio, si decides hacerlo, no menciones al Buitre Beodo.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

El hombre invisible

A menudo, pensamos que el cervatillo herido es un animal ingenuo e indefenso, que busca huir de buitres como tú. En ese caso, estás equivocado. Suelta la litrona, pídele al duendecillo verde que se calle y escucha. Ellas no son muy diferentes a ti, el puritanismo murió (¡viva!) hace tiempo y desde entonces, la liberación de la mujer nos ha dado muchas satisfacciones. Quítate la venda y observa que quieren lo mismo que tú. Son lobas con piel de cervatillo, están sedientas de carne y tú vas a tener lomo que dar.

Por desgracia vivimos en una sociedad aún con algún que otro comportamiento machista y eso impide que ellas puedan actuar con total libertad. Tienes que mover ficha tú. Sabes que quieren, sabes que quieres pero no consigues que la batalla acabe entre sábanas. No desesperes, nosotros te decimos cómo.

Se trata de ser 'el hombre invisible'. Su mayor preocupación en ese momento es su imagen frente al grupo. Cualquier reacción basta para que sea criticada y, por miedo, será reticente a acostarse contigo. 'El hombre invisible' tiene que conseguir que ella piense que si se acuesta contigo no lo sabrá nadie. Crea esa esfera de secretismo y disimulo, de desconocimiento del grupo, donde ella pueda desenvolverse libremente, sacar su fiera y coronarte el Everest. Cada vez que utilices una de nuestras sucias o tus propias estrategias no olvides ser también 'un hombre invisible', ser discreto. Si ella se da cuenta que contigo nadie va a saber nada, vaya si va a aullar. El cómo conseguirlo es cosa tuya, dale a la imaginación, pero que en su cabeza se forje la idea que puede hacer contigo lo que se le antoje sin que nadie se entere.

Se lo que estás pensando "¡Que buena idea! Pero quiero contárselo a mis amigos". Que te crees, ¿que ella no lo va a contar? Pobre necio, lo va a contar a sus amigas, cada detalle (siempre lo hacen) y, por supuesto, tú no vas a ser menos con tus amigos. Pero hasta entonces se discreto, caza en silencio y disfruta la batalla, que en ésta no sera precisamente la sangre lo que corra. Y ya sabes, no menciones al Buitre Beodo.

lunes, 20 de agosto de 2012

De rebote

Hace ya unos meses, te hablamos de un extraño, huraño y escurridizo ser: las exnovias. Ya sabéis, estas tías que un día nos parecían maravillosas y extremadamente follables; y al día siguiente solo nos parecen extremadamente follables. Si no has leído la entrada, te recomiendo que la leas antes de esta, porque entenderás mejor la lógica femenina de la que te queremos hablar hoy; aunque esto último sea casi una antinomia de definición (ya sabes, decir "entenderás mejor la lógica femenina" es casi como decir eso de "esta afirmación es falsa").

Ahora que ya estamos todos en el contexto adecuado, te proponemos que recuerdes como han sido todas tus rupturas, como fueron las rupturas de tus amigos, como fueron las rupturas que te contaron tus exnovias y como son las rupturas en televisión o en el cine. Te evitaré ese esfuerzo antes de que caigas presa de una diarrea mental y de paso ahorraremos algo de tiempo: las rupturas tienen rebote. Exactamente igual que una pelota cayendo; tienen mayor rebote cuanto mayor sea la altura desde la que caen. Las relaciones largas, duraderas, tienen un rebote mayor, rebotan muchas veces y los rebotes parecen casi otra relación; mientras que las relaciones cortas rebotan poco, y las recaídas son discretas y silenciosas.

Cuando una relación termina, eso no ocurre con un golpe seco (excepto que tirándoos los tratos a la cabeza, os deis, que entonces si termina con un golpe seco, y bastante sangre; pero eso te lo contaremos en otra entrada). En realidad, vas a recaer, una y otra vez; hasta que las recaídas os resulten tan tóxicas para ambos que no rebotéis más. Como ya te contamos en la entrada sobre tus exnovias, las recaídas pueden molar (que entonces son cortas y cuando termináis cada uno se pone sus pantalones y te vas a tu casa), o pueden ser solo el paso previo a otra ruptura, donde te echen otra vez en cara un montón de cosas que tú no quieres escuchar. Y ese proceso se repite de forma sistemática, con rebotes cada vez más cortos y juntos, en los que debes saber aprovechar la oportunidad y no olvidarte nunca de usas precauciones (y no me refiero solo a la gomita; debéis dejaros bien claro que solo es un rebote, ¡y nada más!).

¿Y por qué es tan importante saber esto? Pues para empezar, para que tengas tu casa limpia y tu cama hecha por si viene tu ex a casa. Pero no siempre vamos a ser tan frívolos. Esto debe servirte para para entender bien la temida lógica femenina. ¡Debes ser raudo! Si tu objetivo, esa chica a la que quieres beneficiarte desde hace semanas, va a quedar con su ex: ¡queda tú con ella un par de días antes! Porque es muy jodido competir con un tío que ya sabe bien como le gustan las peleas en la cama (o en la ducha o sobre una mesa, ahí no nos metemos nosotros). Intenta anticiparte a sus movimientos, si ese cervatillo está herido será más fácil de cazar, debes aprovechar tu oportunidad... Pero cuidado. Si la pillas en un rebote, la lógica femenina la empujará más hacia el olor del helado de chocolate y las pelis que hacia la testosterona. Y eso no es lo que nosotros queremos. Queremos sudor, pero no lágrimas. Ya sabes, por si acaso no menciones los consejos del Buitre Beodo, por si sale mal.