jueves, 14 de marzo de 2013
Ni con la polla de otro
Un grupo de amigos no es lo mismo que un grupo de colegas. No es lo mismo la chupipandi de tu escuela y esos amigos con los que you want to live forever. Y tampoco nos convienen que lo sea, y por varias razones. Vamos al lío:
(Os hago un break para contaros que tengo delante a una seriamente apretable. Aquí! En esta escuela!)
Primero, porque a una amiga no te la follas. Lo repito, así que atento: a una amiga NO te la follas, no te la aprietas, no le das mandanga, no le das lo suyo ni lo de su prima. Así que no te conviene que todas las chicas que conoces te consideren su amigo, so idiota. O no saldrás nunca de la Friend Zone. Qué si un hombre no puede tener amigas? Pues se han dado casos, o eso dice Iker Jimenez. Pero céntrate!
Segundo, tú no te entretienes en buscarle zorreo a un colega. A un amigo en cambio, le buscas zorrita, se la emborrachas, le das un gancho para entrar a la susodicha (o susodicho chicas, que hoy hablo para un público unisex), le das una gomita y hasta le metes en la cama si va tan mamao' que no la encuentra. Puedes incluso pagarle las copas si lleva mucho tiempo sin mojar el churro!
A un colega en cambio, le puedes, como mucho, utilizar para colgarle un muerto. Y no me refiero a meterle un cadáver en el maletero del coche; si no de librarte de algún orco mal nacido que te persiga por esos tugurios que frecuentas, costras, que eres un costras. Si viene el orco ese que lleva un rato incomodándote con sus ojos vidriosos, o la amiga fea del orco (os juro que a veces el orco no es la amiga más fea del grupo. Salid, salid por Madrid y lo comprobáis), pues tú se la colocas tranquilamente a ese coleguita que baila ya con la corbata en la cabeza y que le ha entrado invitando a cervezas al perchero de la entrada. Y no le dices que es tan fea que, siendo coja, la llaman la fea. No le dices que es tan fea que tú no te la follarías ni con la polla de otro. Tú te callas, y si le caza como el águila culebrera (atacando a la cabeza de la culebra y agarrándole de los huevos), pues os echáis unas risas de puta madre a su salud.
Tercero, un amigo entra por tu casa como su fuera la suya. Vamos, que llama a la puerta porque no tiene llaves, pero como se encuentre la puerta abierta entra directo hasta la cocina, te quita dos cervezas, abre las pipas y se tumba en tu sofá. Se han dado casos de amigos que se prestan su casa para el casquete polar! (Esos días que hace tanto frío que no le metes mano a la cachonda esa con la que te están liando por no sacar las manos de los bolsillos) Así que cuidadito, porque un colega no vendrá a molestarte cuando estés en casa en un momento íntimo (ya sea con una chorba, o haciéndote el amor a ti mismo, o follandote sin freno; o como quieras llamarlo vamos).
Con que tienes que quedarte de todo esto? Pues que no puedes confundir a un amigo con un colega; pero sobretodo, no puedes confundir a una amiga con una coleguita. Porque a una amiga la respetas, pero a la caliente esa, que está frungible y lo sabe, que quiere un nardo más que un tonto dos pilas, pues no. A una amiga nunca le harías un Tower Bridge (ya os contaré lo que es, pero os prometo que resulta muy degradante) y en cambio a una coleguita... Ella verá si se deja. Pero en serio, si decides hacerlo, no menciones al Buitre Beodo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario