sábado, 23 de marzo de 2013

Donde metas la olla...

Dice el refranero español, que es extenso y sabio; que donde metas la olla no metas la polla. Significa exactamente lo que parece: que pienses un poquito antes de meterla en cualquier agujero.

Y esta vez no me refiero a que pruebes por el culo. No hombre no, ahora no estoy hablando literalmente. Ya hablaremos de eso. Lo que vengo a decirte es que tengas un poco de vista a la hora de escoger a la hembra con la que te apareas. Porque hay algunas que parecen gatitas o cervatillos heridos, fáciles de domar y que no te provocarán después dolores de cabeza como si de una borrachera se tratase; y luego hay otras que son mantis religiosas, auténticas hijas de puta que después te van a causar muchos problemas, que quieren degollarte después del pinchito. Y nosotros no somos diferentes, así que apuntad vosotras también esta recomendación.

Y no hablo solamente de putearte después de una relación, que eso se está convirtiendo casi en una tradición mundialmente conocida. Lo que ahora se lleva es, precisamente, andar jodiendo después de joder: un día echáis un casquete como dos desconocidos y al día siguiente te acosan mandándote más mensajes que tu madre un martes de fiesta a las 4 de la mañana.

El problema de esto es que no hay normas en la vida sexual. Y no me refiero a cómo te gusta darle lo propio a tu novia o follamiga, que yo ahí no me meto (mientras que no tengas rollos raros con los pies, ahí si me meto, ¡enfermo!). Os hablo de normas de conducta y educación post-polvo y pre-polvo. Sabéis a que me refiero: Por qué hay que llevar a cenar a una chica a la que solo quieres frungirte?! Por eso os dejo por aquí un decálogo que espero que vayamos completando con vuestras aportaciones, seáis chicas o chicos. Lo importante de este decálogo es usarlo.

1. Chicas de café y chicas de cerveza: Si quieres algo serio con una chica, llevarla a tomar un café y os conocéis. Si solo quieres darle con todo lo gordo; llévatela a tomar cervezas, para emborracharla. Ella también sabe lo que significa invitarla a unas cervezas.

2. Donde metas la olla no metas la polla: ¡no tengas relaciones con compañeras de clase o del curro! Si la cosa sale mal, solo conseguirás un ambiente de malfolladismo. No te digo que no relajes la tensión sexual de la oficina, pero nada de continuismo.

3. Aquí paz y después gloria. Si tú solo quieres darle mandanga a la prima de tu amiga, no vayas luego con mensajitos cariñosos. Y así ella no hará lo mismo (a ti o al siguiente que se frunja la muchacha).

4. A Alcalá, putas, que llega San Lucas. No te entretengas con patochadas, si quieres beneficiarte a una chica de tu clase, no des rodeos. Ataca en la primera salida que hagáis juntos: si salís a tomar unas copas, queda con ella un par de horas antes con ella y la "invitas a unas cervezas". O quedaros "a tomar la última" cuando todos se vayan. Si no quiere tu mango ahora, no lo querrá el finde que viene.

5.Nunca digas de este agua no beberé, o este cura no es mi padre (o esta polla no me cabe). Nunca sabes que chorba se te va a poner a huevo, así que, por si acaso, es mejor que seas amable con todas. No pasa nada porque un día hables con la fea, cabrón. Pero mejor centrate en las apretables.

6. O follamos todos o la puta al río: en caso de que dos amigos quieras tema con una misma apretable, tiene derecho a intentarlo primero el que más tiempo lleve sin anotar. De toda la vida.

Si se os ocurre alguna norma de conducta más, de esas imprescindibles; podéis dejar un comentario en el blog o en nuestro Twitter: @BuitreBeodo

jueves, 14 de marzo de 2013

Ni con la polla de otro


Un grupo de amigos no es lo mismo que un grupo de colegas. No es lo mismo la chupipandi de tu escuela y esos amigos con los que you want to live forever. Y tampoco nos convienen que lo sea, y por varias razones. Vamos al lío:

(Os hago un break para contaros que tengo delante a una seriamente apretable. Aquí! En esta escuela!)

Primero, porque a una amiga no te la follas. Lo repito, así que atento: a una amiga NO te la follas, no te la aprietas, no le das mandanga, no le das lo suyo ni lo de su prima. Así que no te conviene que todas las chicas que conoces te consideren su amigo, so idiota. O no saldrás nunca de la Friend Zone. Qué si un hombre no puede tener amigas? Pues se han dado casos, o eso dice Iker Jimenez. Pero céntrate!
Segundo, tú no te entretienes en buscarle zorreo a un colega. A un amigo en cambio, le buscas zorrita, se la emborrachas, le das un gancho para entrar a la susodicha (o susodicho chicas, que hoy hablo para un público unisex), le das una gomita y hasta le metes en la cama si va tan mamao' que no la encuentra. Puedes incluso pagarle las copas si lleva mucho tiempo sin mojar el churro!

A un colega en cambio, le puedes, como mucho, utilizar para colgarle un muerto. Y no me refiero a meterle un cadáver en el maletero del coche; si no de librarte de algún orco mal nacido que te persiga por esos tugurios que frecuentas, costras, que eres un costras. Si viene el orco ese que lleva un rato incomodándote con sus ojos vidriosos, o la amiga fea del orco (os juro que a veces el orco no es la amiga más fea del grupo. Salid, salid por Madrid y lo comprobáis), pues tú se la colocas tranquilamente a ese coleguita que baila ya con la corbata en la cabeza y que le ha entrado invitando a cervezas al perchero de la entrada. Y no le dices que es tan fea que, siendo coja, la llaman la fea. No le dices que es tan fea que tú no te la follarías ni con la polla de otro. Tú te callas, y si le caza como el águila culebrera (atacando a la cabeza de la culebra y agarrándole de los huevos), pues os echáis unas risas de puta madre a su salud.

Tercero, un amigo entra por tu casa como su fuera la suya. Vamos, que llama a la puerta porque no tiene llaves, pero como se encuentre la puerta abierta entra directo hasta la cocina, te quita dos cervezas, abre las pipas y se tumba en tu sofá. Se han dado casos de amigos que se prestan su casa para el casquete polar! (Esos días que hace tanto frío que no le metes mano a la cachonda esa con la que te están liando por no sacar las manos de los bolsillos) Así que cuidadito, porque un colega no vendrá a molestarte cuando estés en casa en un momento íntimo (ya sea con una chorba, o haciéndote el amor a ti mismo, o follandote sin freno; o como quieras llamarlo vamos).

Con que tienes que quedarte de todo esto? Pues que no puedes confundir a un amigo con un colega; pero sobretodo, no puedes confundir a una amiga con una coleguita. Porque a una amiga la respetas, pero a la caliente esa, que está frungible y lo sabe, que quiere un nardo más que un tonto dos pilas, pues no. A una amiga nunca le harías un Tower Bridge (ya os contaré lo que es, pero os prometo que resulta muy degradante) y en cambio a una coleguita... Ella verá si se deja. Pero en serio, si decides hacerlo, no menciones al Buitre Beodo.