lunes, 16 de abril de 2012

Tus exnovias

Entre los muchos seres que pueblan este mundo, entre los muchos objetivos y razas diferentes de cervatillos que nos rodean y con los que andamos a diario, sobre todas ellas, destaca una, dos, tres, o más, según lo afortunado que seas: tus ex.

Una ex es un ser extraño, huraño,  casi escurridizo o… todo lo contrario. Con tus ex puede pasar casi cualquier cosa, que les pilles de buen día (y entonces pilléis los dos),  o que vengan de malas, de morros, de mala uva, de mala hostia, se levanten con el pie izquierdo y, entonces, pilles tú solito: te pueden montar un pollo, echarte cualquier cosa en cara, romper un jarrón, o prenderle fuego a tu casa porque no le llamaste el día de su cumpleaños: cualquier cosa.

El porqué es, a día de hoy, un misterio para los mejores filósofos, psicólogos, teólogos y psiquiatras, pero no para nosotros. Y es que muchas veces, es la experiencia más fuerte que cualquier teoría. Así que ya sabes: mejor prueba, tírate de cabeza a la piscina (o que se tire ella, que si va de blanco, transparenta), échale un par, arriésgate, más vale equivocarse que no intentarlo. Aunque después de la primera orden de alejamiento, es mejor que dejes de intentarlo, en serio.

Es importante que, antes de ir a verla, o quedar con tu ex en cualquier sitio, pienses bien (con el cerebro, so mamón). Tantéala, otea con disimulo sus intenciones, y si hace falta, pregunta e interrógala con un flexo sobre la cara al más puro estilo Gestapo, pero, por nada del mundo, quedes con ella sin saber previamente que quiere. No seas valiente, no seas osado y, por supuesto; no seas idiota.

Si cuando hablas con ella, ella habla del pasado (si habla BIEN del pasado), si se pone cariñosa, o si te pide sexo rápido sobre una mesa (puede pasar, puede pasar en serio), ¿qué debes hacer? Pues quedar con ella en algún sitio bien vacío, lumbreras. No la lleves a sitios románticos, no la lleves al sitio en que os conocisteis ni a un concierto de Pablo Alborán, ¡no! Ella es tu EX, no necesitas conquistarla, no necesitas asegurarte de que le gustas y, desde luego; no necesitas hacer estupideces para agradarla: quiere polla, y la quiere ahora.

Pero si cuando hablas con ella, saca a relucir temas turbios, habla de vuestra ruptura, o te pide dejar claras cosas que siempre han estado mejor enterradas bajo 15 kilos de lava candente; no seas imbécil, y escaquéate de cualquier forma. Tienes una prima segunda en el norte de Europa muy enferma por una fiebre tifoidea, un encargo secreto del gobierno mongol para derrocar al malvado líder de los masones o una diarrea épica que amenaza tu vida. ¡Lo que quieras, pero no vayas! Si no te queda más remedio, procura encontraros en un lugar con mucha gente, y, a poder ser, a la vista de civilones o picoletos, no vaya a ser que se le escape un bofetón. Y, por supuesto, no menciones al Buitre Beodo.

miércoles, 4 de abril de 2012

Cortantes, tangentes y paralelas


Como chicas que somos, debemos tener muy en cuenta que formamos parte de un club muy elitista que encabeza la pirámide alimenticia, y no sólo a lo que en nutrición se refiere, amigas. Por algo solemos ser nosotras quienes, como mi Señora Abuela dice, decidimos a qué tigre de bengala dar mandanga de la buena. Muy campechana, mi abuela.

Desafortunadamente, la mayoría de los tigres que te entran es para que les permitas acceso ilimitado a su bengala en tu fosa de las marianas. Y no, chicas, no, que para comer habas nos vamos al campo. Aquí, al chuletón avilense del bueno, que para algo somos depredadoras.

Pues bien, recientes experimentos en sociología y relaciones humanas realizadas por un grupo de expertos en el tema en plena explotación de sus capacidades –congregación de buitres más beodos que nunca a vodka de 4€ con zumo de naranja Carrefour Discount–han dado como resultado tres comportamientos diferentes, a adoptar según el espécimen de tigre que tenéis enfrente:

-          Cortante: claramente caracterizado por su mirada extasiada de semental depravado y fauces al acecho en busca de cualquier milímetro de cuello descubierto sobre el que hincar el diente. Pero cuidado, este punto es solamente aplicable a quienes te povocan más repulsión que un vídeo de Frank Riberi disfrazado de chewaka masturbándose.
Las frases que más debes utilizar en este caso son del tipo “Creo que prefiero abrasarme el esófago con ácido clorhídrico a beberme un café contigo”, “Sí, muy buena tarde, perfecta para que corras en busca de un agujero para enterrarte la cara”, “¿Mis ojos? ¿Sigo teniendo ojos? NOOO, me quedé ciega al ver tal engendro de cruce entre jabalí berrugoso y camaleón. ¡Oh! ¿Era tu cara?” o “¿Yo? Manuela Gerarda Isidra Maclina Criofa Leoncia Torcuata Recareda. También me puedes llamar Vetea Producirnaú Seas Aotrolao Delpla Neta, es de origen árabe”.

-          Tangente: nivel de depravación bastante más austero que el anterior, pero semejante nivel de repulsión hacia él. Como no queremos ser malas personas, se les intenta tratar de una forma que, al menos, garantice su dignidad como ser humano. Pero OJO, intentad ser claras con vuestros comentarios, no queremos que interpreten un “Sí, hace muy buena noche” por un “Dame lo mío y lo de mis trillizas, y dámelo ya”. Por ello, este comité recomienda frases como “Sí, bueno, es que mis amigas/perro/novio/duende verde con orejas de burro y nariz de elefante me espera a la vuelta de la esquina. Pero gracias”. ¡En este tipo de frases, el PERO GRACIAS al final es la clave! ¡No lo olvidéis! Es el factor que convierte una frase amable en un NO como la copa de un ciprés de La Almudena.

-          Paralelo: exactamente mismo nivel de depravación que un Cortante, aunque, en realidad, este factor puede variar tanto a más como a menos. Tampoco vamos a dar una patada en el culo, o lo que no es el culo, a un tigre que venga con estilo propio de dramaturgo del siglo XVII, que para uno que aprecia a una mujer más que a unos calcetines emparejados en su cajón de la ropa interior, vamos a darle una oportunidad, right?  La otra característica clave es un cuerpo propio de Dios griego o, en su defecto, de modelo de colonia D&G, un tiarrón de estos que coges y no paras hasta que, por motivos éticos, decides que la necrofilia no es la mejor forma de satisfacer tus deseos sexuales y prefieres dejarle con algo de aliento.
Para estos casos, chica, haz lo que cualquier Cortante haría cuando él vaya de depredador, tírale tal ficha que le ímpacte en toda su hermosa y perfectamente dibujada cara. O no, mejor que no le impacte, no vaya a ser que tengas que pasar de un Sex on the Beach a un TiolaBota y crees una especie nueva, ya sea por deformación facial máxima o estupidez mórbida. ¡Ah no! Los poqueros ya existen.

Y aunque no dudo de tus conocimientos en geometría, querida bestia devastadora, creemos necesario un pequeño recordatorio: cortante y paralelo son conceptos totalmente opuestos. Mientras en el primero te dedicas a meter hachazos a diestro y siniestro cual Gimli en el Señor de los Anillos, en el segundo rezas por que el hachazo de lo metan a ti, y bien adentro.