Entre todos los momentos tensos en la caza
del cervatillo, quizás el más importante sea hacerle saber que le estás
cazando. Hacérselo saber sin que huya o te ponga una denuncia ante la policía
por depravado y descerebrado perdido. Es decir, hacerle saber que quieres algo
con ella, de forma ELEGANTE. Y eso, para alguien que lo más elegante que ha
hecho en su vida es beberse el kalimotxo con pajita, puede resultar complicado.
Lo primero que debes aprender es a
diferenciar entre mostrar tu interés y convertirte en un baboso de dudoso
gusto. Esto es complicado; y hay que hilar fino, pero si aprendes a hacerlo
bien te garantizamos que tus oportunidades se multiplicarán. Mostrar tu interés
de forma clara es bueno, pero que no parezca que te está haciendo un favor, si
no que, en todo caso, se lo vas a hacer tú a ella. Si consigues que ella se
entere de lo que quieres, sin llegar a ofenderse, habrás conseguido tu
objetivo.
Y esta es, precisamente, la táctica del
Golpe de Remo. Eso no quiere decir que vayas a tomar algo con una chica armado
ni ataviado con tu traje de marinero de la comunión. No hombre no, eso no. El
Golpe de Remo consiste en hacer un comentario (¡uno solo!) que diga, sin decir,
lo que realmente estás pensando: que se lo harías encima de esa mesa sin ningún
problema. Es importante que en este momento tu sangre riegue bien tu cabeza y
pienses correctamente; debes ser gracioso, pero no un payaso, debes ser pícaro,
pero no gilipollas, debes ser rápido, pero no precipitado.
Lo mejor es un comentario corto, que se
entienda perfectamente, en un sitio donde te escuche bien, pero no haya mucha
gente. ¡Aprovecha la oportunidad lumbreras! Si va al baño, tú detrás; y la
sueltas. Si va a pedir otra ronda, tú detrás. Si se va de la fiesta antes que
los demás, tú detrás. Si estáis de botellón y quiere otra copa, tú detrás. Y
aprovecha cualquier instante en que estéis solos, no sabes cuando tendrás otra
oportunidad. Quizá la primera vez que lo hagas no debes arriesgarte, y ser
discretito: una broma y vuelves al grupo. Pero después tienes que hacerte
fuerte, hacer de esta técnica otro apéndice en tu libro del ligue, atreverte a
algo más. Puedes probar a decírselo al oído si va a pedir una copa en la
discoteca. ¡Engánchala de la cintura coño! Disimuladamente, como si la quitases
de en medio para coger algo, ¡lo que sea!
Lo de la cintura suele funcionar, pero ten
cuidado; si parece que es una broma puedes entrar en el peligrosísimo terreno
de la amistad. Si lo haces demasiado fuerte, parecerás un neandertal de muy
dudosos modales. Pero si lo haces bien, te garantizo que ella habrá entendido a
la primera lo que quieres. Necesitaras práctica; cuando lo hayas probado, nos
lo cuentas.
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